martes, 25 de abril de 2017

Diseñando mi primer juego de mesa

Antes de Zaibatsu:

Es extraño pero desde muy pequeño me gustaron los juegos de mesa, recuerdo que de niño jugaba "Turista mundial" con mis hermanos, este juego era una versión alternativa del ahora muy conocido "Monopoly" =)

También jugábamos al "Parkase" he hice mi versión casera para jugarla en la mesa del comedor, dibuje con marcadores de colores sobre un pliego de papel bond cuadriculado y lo pusimos bajo el hule cristal de la mesa, je, je, je, je, era muy divertido!

Cuando yo tenia 12 años, soñaba con crear mi propio juego de mesa, un juego de mesa de opera espacial, al estilo de "Star Trek" mi idea era hacer un tablero enorme con planetas y estaciones espaciales y que las naves viajaran por casillas a través de las estrellas, las partidas serian muy largas así es que el tablero debería ir colgado de la pared y las piezas deberían sostenerse sobre ese tablero... mi Mama, que también era mi cómplice, me sugirió que las naves podrían llevar velcro y que el tablero podría ser de tela blanca para que yo pudiera dibujar sobre ella, juntos recorrimos la colonia comprando los materiales, yo pegue la tela sobre cartón utilizando pegamento blanco y clave el tablero en la pared... nunca termine ese juego, pienso que hubiera quedado maravilloso =(

Los años pasaron y tuve otros intereses, hasta que años después mi hermano mayor trajo a casa una baraja de cartas: "Magic the gathering"

Magic era extraordinario, cada carta modificaba el libro de reglas y las posibilidades eran infinitas, jugamos y jugamos, yo buscaba crear combos extraños, barajas extravagantes, inventaba reglas alternativas, nuevos modos de juegos, formas de poder jugar en solitario, el Magic es increíble... este año se cumplen veinte años desde que deje de jugarlo...

Los años pasaron, estudie una carrera en la Universidad, mis hermanos mayores se casaron y se fueron de casa y un día en una reunión familiar mi hermano mayor trajo un juego de mesa para jugar con la familia: "Carcassonne"

No pude dormir esa noche, yo estaba enamorado.

Creo que mas bien había recordado un viejo amor, el diseño de juegos de mesa, pues esa noche no pude dejar de pensar en lo fantástico que podría ser que los jugadores tuvieran la posibilidad de mover sus pequeños personajes de madera a través del tablero modular, toda la noche imagine e imagine, todo con una sonrisa de oreja a oreja, a la mañana siguiente dibuje el primer boceto de Zaibatsu.

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